Siguiendo un poco con la onda y el argumento del post anterior, Eddie Bo era un tercera fila en Nueva Orleans, en los años 60 y 70. Eso no quiere decir que fuese un paquete, un mediocre o un don nadie. Al contrario, era un pedazo de monstruo del soul, del funk, del rock, de lo que le echaran... pero es que no había sitio para tanto talento. Esto es una cara B de un single de Curley Moore & The Kool Ones (de quienes? oigo preguntar.. pues eso mismo) Y es un pasote, esto es Rock, Soul, Funk, Garage, lo que le quieras llamar, pero puro, 96º mínimo. Una barbaridad. Flipa qué guitarrazos, por favor...
En cuanto Curley Moore... ni caso, sólo pasaba por allí...
Betty Harris es otro de los tesoros que el inmenso caudal de talento contenido en el Soul y el Funk de los años 60 y 70 escondió al gran público. Muchas veces culpamos a las discográficas, a las radios, al público, que está sordo, a la falta de promoción o a quien sea de que algunos artistas no llegaran más lejos comercialmente, o tuviesen tiempo o recursos para desarrollar todo su potencial... Pero, cuanto más escucha uno, más llega a la conclusión de que aquel país, en aquel momento, paría más talento del que era capaz de digerir. Sin embargo, esto tiene una cosa buena, y es que puedes descubrir joyas como There's a Break in the Road como si fuesen de antes de ayer. Ella es brutal, el bajo es alucinante... pero lo del batería es para no creerselo. Vaya pedazo de monstruo. Lo flipas...
La canción ya lo dice todo, la verdad... es una de esas que todo el mundo conoce y a todo el mundo le gusta. Y es una de esas ocasiones en las que todo el mundo tiene razón. Y, además, como dice la coletilla: Es gracioso... porque es cierto. O lo que decía Phil Connors (más o menos...) ¿Queréis saber como será el invierno? Yo os lo diré: Será largo, será oscuro, y va a duraros toda la vida. Hala, Rock&Roll...
Un poquillo de prog-metal, que ya hace tiempo que no tocaba. Bueno, prog-metal, por llamarle algo. Esto, hace 25 años, hubiera sido Heavy. Heavy, del de toda la vida, con letras que no quieren decir absolutamente nada, unos cuantos solos de guitarra encadenados, listos para que te dejes el cuello, y hagas punteos ridículos con los dedillos, y toda la pesca. El cantante es como los del Metal de ahora, eso si... se trata más de dejarse la garganta que de dar la nota alta, en plan locaza, como se hacía antes. De todas formas, uno no escucha a Baroness por el cantante, ni por el mensaje. Lo escucha por los guitarrazos. Y, en eso, cumple de sobra...
Calvin Russell era uno de esos músicos (Elliot Murphy, Chris Whitley, y muchos, muchos otros) que, sin ser reconocidos en absoluto en su país, consiguen hacerse un sitio en otra parte, Francia en su caso. Russell era un músico tejano, dedicado principalmente al rock y al blues, y suena exactamente como uno se esperaría. Voz áspera, intensa, y guitarras que suenan a whisky y carreteras desiertas y polvorientas. En América tal vez eso estaba demasiado visto, aunque es más bien la historia de un tipo que llegó demasiado tarde y demasiado pronto al mismo tiempo. Para cuando artistas similares estaban gozando de reconocimiento allí de nuevo, el hombre ya no estaba para muchos trotes. Es lo que tiene publicar tu primer disco ya pasados los cuarenta, supongo...
Esta es Trouble, posiblemente la canción que mejor lo representa a él y lo que hacía.
Y esta es la fantástica Crossroads, probablemente su canción más conocida (por decir algo). Descanse en paz.
Mi canción favorita de uno de mis álbumes favoritos... (¿recuerda alguien lo que era un álbum?... se siente uno viejo pensando en otra cosa que no sean mp3...). Estos tipos eran una banda de Bristol, con un cantante que no cantaba, un bailarín polaco que no abría la boca, y en su gran momento (entre finales de los 80 y 1992, cuando publicaron Swagger, en el que aparece esta canción, y Beatsongs) llegaron a contar con 4 o 5 guitarristas, entre los que destacaba Angelo Bruschini, un auténtico fenómeno que luego se llevaría su talento a trabajar para la banda más conocida de Bristol, Massive Attack. Las letras, por cierto, cargadas de imágenes en la línea de los poetas de la Generación Beat, son absolutamente indescifrables. Los amas o los odias, estos eran los Blue Aeroplanes.
Bill Withers - Hope She'll Be Happier (live at the Carnegie Hall)
Hora de traer por aquí a otro de los grandes del Soul... Bill Withers es un tipo cuyo éxito con algunas de sus canciones (Ain't No Sunshine, especialmente) y compositor de otras que otros artistas hicieron legendarias (Lean on Me, sin ir más lejos) puede hacer pensar que tiene poco que ofrecer más allá de un par de brillantes golpes de suerte... Hasta que escuchas una canción más, y otra, y otra, y te das cuenta de que ni suerte ni leches, el tío es así de bueno.
Este disco en directo, Live at the Carnegie Hall, es una barbaridad. Las canciones son excelentes, el sonido es inmejorable, y Withers está en plena forma. Esta "Hope She'll Be Happier"... es un monumento al buen gusto.
Punjabi MC - Mundian To Bach Ke (Beware of the Boys)
Pues eso, video ininteligible y letras en punjabi. La canción tiene sus añitos, pero es perfecta para una noche de verano como ésta. Llegados a este punto, seguramente procedería incluír un chiste sobre David Hasselhoff, pero estoy cansado y no me va la chola...
Japanther - Um Like Yer Smile Is Totally Ruling Me
Una vez más, una canción estupenda, de un grupo del cual no sé gran cosa, como es Japanther (Y para rizar aún más el rizo, es una versión de un grupo aún más desconocido llamado Rosa, del que sé aún menos) La versión de Rosa es más folk-punk. Arranca con el riff de mandolina de Maggie May, y sigue con las Rosa, arrasando con su propia copla. Tiene el encanto de lo espontaneo, pero esta versión es mejor, más consistente, y bastante menos desastre. La canción es, básicamente, una declaración de amor al punk-rock (con lo que el coñón título tiene aún menos sentido, si cabe...)
No voy a ponerme en ridículo justificando o argumentando esto. Es una pasada, y habla por sí mismo muchísimo mejor de lo que podría hacer yo. Miles Davis a la trompeta, John Coltrane al saxo tenor, Red Garland al piano, Paul Chambers al bajo y Philly Joe Jones a la batería. It Never Entered My Mind era, originalmente, una pieza de un musical de Broadway de Rodgers & Hart, los cuales, imagino, estaban bien orgullosos de lo que habían creado. Apuesto a que esto no se lo imaginaban, no...
En fin, un pasote con P mayúscula. No se puede tener más clase que esto. Ya no hay más.